Sábado 06 de Septiembre de 2008
Número NP0009/08
Más morenito, pero igual de inepto. Zapatero ha vuelto de sus vacaciones veraniegas con la firme intención de desviar la atención de la opinión pública, para que se deje de hablar de “crisis” y comience a hablarse de otras cosas. La cortina de humo –usando un lugar común-, se ha extendido esta vez con dos temas “estrella” para la progresía española. No importa que los alarmantes datos del incremento del paro nos pongan a la cola de Europa, ni que el INEM esté al borde de la quiebra, ni que se congelen los salarios y se disparen los precios. Eso no importa. Lo importante para el Gobierno es el aborto y -redoble de tambor, expectación en el respetable- ¡la guerra civil!. Triste, pero cierto.
La ministra de igualdad Bibiana Aído –sí, la de los miembros y las miembras- anunció el pasado cuatro de septiembre el plan para redactar una nueva ley del aborto, previsiblemente más “permisiva” que la actual. 100.000 abortos –reconocidos- el pasado año no son suficientes; debe ser por eso que el comité de sabios proabortistas va a reunirse para “modernizar” una ley que ya recoge el derecho a la interrupción del embarazo en tres casos: para las mujeres víctimas de una violación, si el feto trae una malformación o si hay riesgo para la madre. Lo cierto es que la natalidad sigue por los suelos (al menos en cuanto a población autóctona se refiere) y las prometidas ayudas de 2.500 euros por hijo se están retrasando hasta límites insospechados; en este caso ya se ha disipado la cortina de humo y podemos ver que al gobierno no le interesa llevar a cabo ningún tipo de medida para fomentar la natalidad. La dictadura chupi-progre se quita la máscara y nos recuerda que nuestros líderes políticos son defensores de los más diversos derechos humanos en lugares remotos, pero también patrocinadores a ultranza del aborto en su patria. Ya se sabe, defender la vida de un feto es de “fachas”, pero triturarlo con 30 semanas de vida en una clínica de mala muerte es “guay”. Curiosa paradoja la de los defensores de los derechos humanos abortistas, casi igual de sorprendente que la de los progresistas guerracivilistas. Y es que una vez más, el conflicto fratricida vuelve a estar en el candelero gracias a la última garzonada.
El “enfant terrible” del derecho español, el abanderado de la memoria histérica, el señor Baltasar Garzón, ha pedido a la Conferencia Episcopal, a cuatro alcaldes, al abad del Valle de los Caídos, al Archivo General de la Administración y al Centro Documental de la Memoria Histórica una lista con los desaparecidos durante la Guerra Civil con el fin de abrir una “investigación”. Y nosotros nos preguntamos ¿Queda algo por investigar sobre la guerra civil y el franquismo? Lo dudamos. Al igual que dudamos que el “superjuez” se interese por los muertos “del otro bando”, o de aquellos que sin pertenecer a ningún bando fueron represaliados por los “buenos”.
Que no nos cuenten más pamplinas. No queremos oír hablar de las dos Españas del 36. A nosotros nos importan las dos Españas del 2008. En una de ellas están los políticos corruptos, los jueces egocéntricos, los pasadistas de ambos bandos. En la otra, los trabajadores. Mientras los de la otra España buscan temas para fomentar la crispación y un improductivo y estéril debate, los de esta España queremos soluciones a la crisis. Queremos, en definitiva, más pan y menos circo.
El Movimiento Social Republicano tiene clara cuál es su España. ¿Lo tienes claro tú?
¡POLÍTICOS ESTAFADORES!
¡SIGUE LA LLAMA!
Fdo: Secretaría de Comunicación MSR