Juan Pablo Vitali (La Plata, 1961).
Ser Disidente.
Ser disidente, es disentir con los dioses, si estos, nos son adversos.
Ser disidente, es ocupar las calles, hasta dominarlas.
Ser disidente, es el mármol, el músculo, la piedra, el fuego, la montaña y los caminos.
Ser disidente, es el último lobo de Europa en la caverna, el águila dormida en las alturas, el ciervo bramando, en la profundidad de los bosques.
Ser disidente, es dormir sobre puñales, y despertar iluminado por los ojos de los niños, de Dresde, de Berlín, y de Hiroshima.
Ser disidente, es asediar el tiempo del silencio, con banderas que estallan acercándose en el viento.
Ser disidente, es ser siempre el último en retroceder, y el primero en avanzar.
Ser disidente, es ser el último hombre de pie, si es necesario, con el sol por testigo, y la llama eterna de los nuestros por bandera.