miércoles, 27 de mayo de 2009

Norma Programática del MSR III: Socialización


16. Tras la caída del comunismo y la debacle histórico de la izquierda, el capitalismo entra en su última fase de expansión: mundialización de los mercados, globalización económica y retroceso de los derechos sociales y laborales conquistados por los trabajadores tras casi dos siglos de luchas. Las consecuencias de las políticas de ajuste neoliberales y su extensión a nivel mundial agudizarán las contradicciones del capitalismo, incapacitado como modelo para ofrecer soluciones globales: fractura Norte-Sur, retorno de la luchas de clases, catástrofe ecológica, poder de las multinacionales, oleadas migratorias, crisis económicas a escala mundial, millones de parados, pérdida de valores e identidades culturales, etc. El MSR considera que dichas contradicciones sólo pueden resolverse desmontando el capitalismo liberal y sustituyéndolo por un modelo socioeconómico de signo radicalmente contrario basado en el concepto de Socialización.

17. La Socialización se fundamenta en el principio de que los intereses de la Comunidad Nacional están por encima de los intereses particulares de los individuos y los grupos. Y es, ante todo, una actitud ética. En consecuencia, la Socialización implica la supeditación de lo económico a lo político, la dirección política de la economía nacional a través de la planificación, la transformación de las formas de propiedad y la consideración del Trabajo como servicio a la Comunidad Nacional.

18. El MSR procederá a la nacionalización de todos los sectores industriales y financieros estratégicos, incluido el control de producción monetaria y los créditos bancarios, a fin de evitar la usura contra el Estado y la sociedad; así como de los servicios indispensables para la comunidad y cuyo control político directo resulte vital para los intereses de la Comunidad Nacional y, en general, para el desarrollo del proceso transformador dirigido a desmontar el sistema capitalista y sus consecuencias sociales contra el pueblo y el bien común.

19. El MSR propone una transformación radical de la empresa y de la posición de los trabajadores en el seno de la misma. La empresa debe ser “socializada”, atendiendo a la directa participación de los trabajadores en su gestión. Estos fines se realizarán modificando la estructura de los consejos de administración de las empresas, tomando la forma de sociedades de capital, en las cuales deberá incluirse, con derechos y deberes iguales, a los representantes del capital y una representación electa de los trabajadores de la empresa. Para las empresas individuales o que no revistan la forma de sociedades de capital, la representación de los trabajadores dependientes deberá asegurarse en forma apropiada. Los representantes de los trabajadores participarán con pleno derecho en todas las deliberaciones y decisiones inherentes a la gestión de la empresa y asumirán, en igualdad con los representantes del capital, los deberes organizativos y dirigenciales que pueda creer la organización de la empresa. La empresa socializada en forma societaria tiene un “jefe”, designado por el consejo de administración. En otras empresas socializadas el “jefe” puede ser el mismo empresario individual. En todo caso, el jefe de empresa es responsable de la gestión de la empresa acorde con la planificación del programa económico nacional. La socialización interesa a todos los sectores del proceso productivo, y su objetivo es superar en el seno de la sociedad el predominio del capital y de la propiedad privada de los medios de producción insertándolos en el proceso de participación del trabajo en la gestión de la empresa y en la organización programada del proceso económico en su conjunto. La propiedad, en otros términos, debe ser entendida como uno de los elementos del proceso productivo y no como el árbitro entre este y el trabajo, en todas sus expresiones: manual, técnico, intelectual; como un elemento importante y no como objeto de una relación de subordinación y explotación.

20. El MSR entiende la producción económica no como un programa elaborado por los organismos burocráticos e impuesto desde lo alto al mundo de la actividad económica, sino como resultado del concurso y de la participación de todos los actores del proceso productivo. En la organización del Estado deberá estar, por ello, prevista la formación de un conjunto de órganos representativos que, partiendo de la empresa socializada, elaboren en varios niveles territoriales el programa en el cual deberá transformarse mediante su actividad el sistema económico de la producción y de la distribución. Los programas sectoriales y territoriales deberán estar coordinados y resumidos en un plano nacional según la obra de un órgano central representativo de todos los actores del proceso económico: el Consejo Nacional de la Economía.

21. La estructura administrativa y política del Estado también deberá adecuarse conforme a la nueva realidad de una colectividad socializada. Para este objetivo es necesaria la formación de órganos representativos, expresión de las categorías sociales en todas sus formas: económicas, culturales, profesionales, en razón de las respectivas funciones en el cuadro de la colectividad, y en grado de regular la vida bajo esta nueva luz de las necesidades reales, de los intereses concretos y de las posibilidades efectivas.

22. El MSR propone una profunda transformación del mercado laboral tendente a la supresión del mismo y la consecución del pleno empleo, la cual incluye las siguientes medidas:
- Reducción de la jornada laboral hasta las 35 horas semanales y prohibición de las horas extras.
- Salarios y pensiones dignas y adecuadas a los crecimientos y cambios económicos del país.
- Extensión de la cobertura por desempleo y reforma radical del Instituto Nacional de Empleo para convertirlo en la institución universal dedicada a la oferta del empleo.
- Todos los parados dedicarán su jornada de trabajo a actividades sociales y cívicas de servicio a la comunidad canalizadas a través del Instituto Nacional de Trabajo. Los sindicatos dejarán de estar subvencionados por el Estado.
- Prohibición de las ETT’s y reducción de las posibilidades de contratación temporal.
- Consecución de la igualdad de la mujer en todos los ámbitos sociales y laborales, de acuerdo con el principio “a igual trabajo, igual salario”.
-Medidas penales inmediatas para los responsables de despidos improcedentes por causa de maternidad. De idéntica manera por denegación de contrato a una mujer encinta.
- Protección de los colectivos más desfavorecidos como los minusválidos y los marginados, incorporándolos, según sus capacidades, a la normalidad de la vida laboral.
El Nuevo Estado perseguirá de forma implacable cualquier forma de explotación que no respete los derechos de los trabajadores. Igualmente perseguirá a aquellos que abusen o se aprovechen de los beneficios y medios de protección concedidos por parte del Estado a todos los ciudadanos.

23. El MSR considera que la tierra debe ser propiedad de quienes directamente la trabajan, por ello propugnamos el encauzamiento progresivo hacia una auténtica Reforma Agraria Integral y la imperiosa obligación de dignificar al trabajador del campo y aumentar su calidad de vida. Para llevarla a cabo, si es necesario, expropiando las fincas sin explotación o con explotación deficiente, fomentando la investigación y el desarrollo tecnológico, eliminando el abuso de los intermediarios, protegiendo las empresas comunitarias y autogestionarias y la agroganadería de manera global. Nos oponemos visceralmente a la entrada masiva de productos agroalimentarios foráneos, bajos en costos y obtenidos casi en semi-esclavitud, que merman y limitan hasta casi arruinar el mercado agroalimentario nacional y a sus productores. La finalidad última es la integración del ciudadano en su entorno natural, fruto de una conciencia ecológica integral y unas raíces culturales que han conformado nuestro ser como pueblo y que distan de encontrarse en las megalópolis contemporáneas.

24. La crisis ecológica, al igual que los problemas de la drogadicción y el crimen organizado, pertenecen a la esencia de la sociedad de consumo construida sobre pautas culturales de carácter hedonista, individualista, materialista y economicista. Desde el MSR consideramos que las presiones sociales promovidas por el ideario de la “felicidad”, cuya raíz no es económica sino axiológica, es el origen de las fuerzas que orientan al capitalismo en la dirección de producir unos determinados bienes destinados a las masas, en lugar de hacerlo en la dirección que beneficie a la comunidad entera y de forma equilibrada. Esto produce unas relaciones entre la sociedad y el medio natural en las que el hombre no opera como una entidad racional, sino como una plaga o una catástrofe natural carente de espíritu. El MSR entiende que la preservación de la Naturaleza implica la supresión de la sociedad de consumo como estructura social objetiva y como sistema de valores subjetivo, y la definición de un ecologismo integral aleja o de las utopías de felicidad progresistas, y más próximo a la realidad de la existencia humana.

25. Vivimos en una sociedad que se dirige irremediablemente hacia una comunidad de ancianos debido al alarmante descenso de la natalidad. Por ello, el MSR incentivará a las familias con hijos mediante exenciones fiscales, ayudas directas, gratuidad de determinados servicios, salario social para el miembro de la pareja que realice las tareas domésticas y se dedique al cuidado de los hijos, ampliación de los permisos de lactancia, prohibición del aborto salvo causa excepcional y, en definitiva, todas aquellas medidas que favorezcan la recuperación demográfica de nuestro pueblo y coloquen a la familia en el lugar que le corresponde como base de nuestra civilización. De la misma forma, se impulsarán iniciativas que garanticen la igualdad de derechos y el respeto social hacia las madres solteras, existiendo para éstas una cobertura social de carácter especial adaptada a sus circunstancias.

26. El MSR defenderá el modelo público de Sanidad. Velará por la mejora de la gestión de los centros, contra su masificación y las listas de espera interminables, por el control de los productos farmacéuticos para evitar el lucro de las empresas del ramo a costa de la salud de los ciudadanos, por un radical incremento de las partidas destinadas a investigación y desarrollo y, sobre todo, la elaboración de un gran Plan Nacional de Salud basado en la medicina preventiva. Esta filosofía de servicio a la comunidad se extenderá a todas las esferas de la Seguridad Social.

27. El MSR considera que el Estado, junto a la familia, deberá tener en la educación una de sus misiones más importantes. Para ello propugnará una profunda reforma de la institución escolar tendente a potenciar la formación ética integral de la persona y la revalorización de la figura del maestro y del profesor, concebidos como depositarios de los valores comunitarios que han de ser transmitidos a las futuras generaciones. Propugnamos un modelo educativo integral, público y de carácter laico, que atienda a todos los factores de la formación: educación cívica, física, técnica, la cultura clásica, las humanidades, las artes y todas aquellas materias que sirvan para proveer al alumno de una amplia cultura general que contribuya a su formación integral como persona. La enseñanza será gratuita en todos los niveles, seleccionando a los estudiantes de acuerdo con su capacidad y respetando la igualdad de oportunidades. El MSR potenciará la divulgación y potenciación de toda expresión artístico-cultural heredera de la tradición grecorromana y del humanismo renacentista. Consideramos como uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad, la formación en el Arte y la Cultura.

28. El sistema capitalista mundial en su fase actual ha forzado una serie de movimientos migratorios masivos, provenientes de las zonas más desfavorecidas del planeta hacia nuestro continente. La escasez de los recursos más elementales para subsistir y la promesa de un paraíso inexistente animan este fenómeno. El producto final no es más que una nueva versión de la esclavitud, donde una serie de empresarios criminales -con el consentimiento de la clase política dirigente- aprovechan la indefensión legal del inmigrante para explotarlo. Las consecuencias conllevan asimismo el desarraigo y el consiguiente choque cultural que perjudica, tanto a nuestra identidad cultural y nacional, como a la de los propios inmigrantes. El MSR, que entiende el racismo y la xenofobia como purulentas secreciones de la mentalidad burguesa, considera que es necesario que cada cultura se desenvuelva dentro de su ámbito natural y se opone a eso que eufemísticamente se ha dado en llamar “sociedades multiculturales”. Por tanto, nos oponemos férreamente a todo tipo de inmigración descontrolada y masiva cuyo destino sea Europa en general y España en particular. Europa deberá colaborar resueltamente en el desarrollo del Tercer Mundo mediante la intervención política, las ayudas económicas y la formación necesaria para permitir que todos los pueblos que lo componen puedan vivir dignamente y así evitar el drama humano de la inmigración.

29. Para acometer esta ingente tarea, el MSR llama a grandes sectores de la población española, especialmente a los trabajadores y a los jóvenes, al compromiso y a la acción. El respeto a nuestro pasado glorioso, la oposición a la decadencia actual y la responsabilidad con las generaciones venideras deben ser suficientes para animar ese compromiso. El mundo que vivimos representa una anormalidad promovida por la ideología burguesa, la subcultura izquierdista de la trasgresión y el individualismo sociológico en todas sus versiones, tanto liberal como libertaria. Es un mundo que forma parte de la crisis de transformación y liquidación final de la sociedad tradicional europea. La Europa del futuro debe tomar conciencia de sus valores auténticos, ligados a la espiritualidad tradicional de nuestros pueblos, para llevar adelante la realización del proyecto histórico iniciado con Grecia y Roma y edificar, al fin, una sociedad justa de hombres libres.