Carmen Martín Padial es la candidata que encabeza la lista del Movimiento Social Republicano. Tiene 38 años y es madre de dos hijos, de 14 y 16 años respectivamente. Con estudios y aficiones artísticas que abarcan desde la pintura o la fotografía hasta la poesía, tiene demostradas inquietudes de tipo social, que ha desarrollado de forma desinteresada, participando en planes contra la drogodependencia, impartiendo clases extraescolares a niños cuyos padres, por motivos laborales o por carencia de medios económicos, tenían serias dificultades para su educación, y ayudando a mujeres maltratadas o víctimas de abusos, con diversos trastornos consecuencia de éstos.
Actualmente, como tantos españoles, está en paro.
Proveniente de familia humilde de pescadores y labradores, esta ciudadana andaluza sabe muy bien cuáles son las necesidades e inquietudes que sufre la gente como ella, gente llana pero consciente de la necesidad de reivindicación social, que debe enfrentarse al día a día que viven la mayoría de los españoles.
Actualmente, como tantos españoles, está en paro.
Proveniente de familia humilde de pescadores y labradores, esta ciudadana andaluza sabe muy bien cuáles son las necesidades e inquietudes que sufre la gente como ella, gente llana pero consciente de la necesidad de reivindicación social, que debe enfrentarse al día a día que viven la mayoría de los españoles.
Por eso mismo, porque detecta la ausencia de interés real por parte de la clase política en la aplicación de soluciones para las carencias sociales que vivimos la mayoría de los españoles, Carmen Martín Padial ha decidido emprender su actividad dentro del Movimiento Social Republicano desde el idealismo y sin ningún interés más que el de buscar soluciones a la problemática que se nos presenta a los ciudadanos de a pie. Así pues, formando parte de la ciudadanía popular y frente a la política profesional que tan sólo utiliza a la gente, se ofrecen ideales y necesidades en la persona que se presenta por el Movimiento Social Republicano.
Hechos y no solo palabras vacías o títulos ostentosos.
Los títulos se ganan en el día a día.
