“Si cierro los ojos y pienso en Castilla, se me van los ojos a los miles de castillos semiderruidos que por las mesetas castellanas rompen la monotonía de los páramos, testigos del paso del tiempo, atónitos ante el destino que los propios castellanos han decido para su tierra”.
Esta reflexión, junto a otras muchas, dan cuenta de la conferencia que se llevó a cabo el pasado sábado 24 de septiembre,“Castilla: la identidad de un pueblo que se olvida”, que tal y como estaba programada, fue impartida por D. Fernando Aguilar.
Los orígenes de Castilla, su transcurrir en el tiempo -desde Bardulia, el Condado, el Reino y la Corona hasta su fragmentación actual- y la manipulada y sostenida dilución desde los distintos gobiernos políticos, contando con el apoyo de los medios de comunicación, hasta la historiografía oficial y, en definitiva, desde el yugo del régimen imperante, a la que son sometidas las gentes y la historia de uno de los pueblos que originaron la nación española, fueron los temas abordados. Animados por el pulso enérgico del conferenciante, las imágenes proyectadas cobraban mayor relevancia, quedando demostrado que el sentido de identidad no está reñido con la capacidad de compartir territorio, si se respeta la idiosincrasia de cada uno de los pueblos, y que la riqueza de esta tierra radica en la diversidad del conjunto. Pero para que esta patria sea aún mayor, deben respetarse su herencia y tradiciones, proyectándolas al futuro en vez de distorsionarlas en el presente. En función de estos planteamientos, los modelos autonómicos se muestran caducos y deben ser superados. Tampoco hay lugar para afirmaciones tan pueriles como que "la identidad de Madrid es que no tiene identidad" (en palabras del fallecido escritor y periodista Luis Carandell). El modelo U.S.A. no cabe en Europa.
Por Castilla, por España, hacia Europa.
Por la libertad de los Pueblos.
Los orígenes de Castilla, su transcurrir en el tiempo -desde Bardulia, el Condado, el Reino y la Corona hasta su fragmentación actual- y la manipulada y sostenida dilución desde los distintos gobiernos políticos, contando con el apoyo de los medios de comunicación, hasta la historiografía oficial y, en definitiva, desde el yugo del régimen imperante, a la que son sometidas las gentes y la historia de uno de los pueblos que originaron la nación española, fueron los temas abordados. Animados por el pulso enérgico del conferenciante, las imágenes proyectadas cobraban mayor relevancia, quedando demostrado que el sentido de identidad no está reñido con la capacidad de compartir territorio, si se respeta la idiosincrasia de cada uno de los pueblos, y que la riqueza de esta tierra radica en la diversidad del conjunto. Pero para que esta patria sea aún mayor, deben respetarse su herencia y tradiciones, proyectándolas al futuro en vez de distorsionarlas en el presente. En función de estos planteamientos, los modelos autonómicos se muestran caducos y deben ser superados. Tampoco hay lugar para afirmaciones tan pueriles como que "la identidad de Madrid es que no tiene identidad" (en palabras del fallecido escritor y periodista Luis Carandell). El modelo U.S.A. no cabe en Europa.
Por Castilla, por España, hacia Europa.
Por la libertad de los Pueblos.