jueves, 9 de agosto de 2012

Policía asesinada en un atraco a una oficina de correos







El balazo partió el corazón de la agente Carmen Muñoz y la mató en el acto

La Policía peinó ayer parte del sur de Madrid en busca de los dos asesinos

A Carmen y a Santi no les dio tiempo a reaccionar. Probablemente tampoco esperaban semejante agresión, porque no pudieron ni apretar sus gatillos para defenderse. Los dos ladrones que ayer mataron a Carmen e hirieron a su compañero en Usera abrieron fuego sin pensárselo, como si la cosa no fuera con ellos. Según el relato del propio policía municipal, comentado por fuentes cercanas al caso, los tipos no se lo pensaron antes de atacar. «Bajaron como si nada y nos dispararon», dijo.

A las 12.15 horas, aproximadamente, un par de hombres encapuchados atracaron una oficina de Correos en la avenida de Andalucía, esquina con Eduardo Barreiros, en Villaverde. En ese momento iban tapados, pero después se quitaron las máscaras.

Subieron a una furgoneta Citröen Berlingo de color verde y huyeron por Eduardo Barreiros. Carmen Muñoz Pérez, de 62 años, y Santiago Lozano, de 52, estaban en su renault de la Unidad de Usera de la Policía Municipal.

Se cruzaron a la berlingo en la intersección de Eduardo Barreiros con la avenida de los Poblados, y allí ocurrió la tragedia. La primera en bajar del coche fue Carmen, seguida de su compañero. Los ladrones bajaron de la furgoneta y le pegaron un tiro a ella en el lado derecho del pecho. A Santiago le alcanzaron en el hombro derecho. Después les robaron sus armas reglamentarias y huyeron.

Algunos testigos que había en el lugar del suceso insistieron en que los disparos se había producido con las propias armas de los policías, pero esta versión no parecía nada fiable.

Santiago quedó tirado en la calle, con la cabeza del húmero destrozada por el balazo, y el Samur lo llevó al Doce de Octubre, donde quedó ingresado grave, pero fuera de peligro.

Carmen murió en el acto. El Samur la intentó reanimar durante tres cuartos de hora, pero era imposible. El único disparo que recibió entró por el tórax, le partió el corazón y salió por la espalda.

Debido a la gravedad del caso y el deseo de montar anoche mismo la capilla ardiente, la autopsia se realizó ayer por la tarde en el Instituto Anatómico Forense.

La principal hipótesis, anoche, era que los delincuentes huyeron por Eduardo Barreiros hasta la avenida de los Rosales y por allí se dirigieron hacia Perales del Río o Getafe. Los investigadores de Homicidios tenían el caso ya muy centrado y esperaban pronto detenciones, según fuentes policiales. Se peinó parte del sur de Madrid en busca de los asesinos.

El principal sospechoso, apenas un par de horas después del suceso, era el propio titular de la furgoneta, un hombre nacido en Francia, con antecedentes y nombre español. Sin embargo, ayer la Policía no quiso confirmar que se tratara del asesino, porque existía una posibilidad de que el autor del atraco y los disparos no fuera el titular de la furgoneta y que los delincuentes la hubieran robado.

Pese a todo, entre cientos de policías de Madrid empezó a circular la foto y el nombre de este tipo para que se le localizara. Asimismo, se enviaron datos de la Citröen Berlingo, aunque esta fue encontrada poco después del suceso.

La peligrosidad de los delincuentes hizo temer en un principio que se tratara de albano-kosovares, conocidos por su violencia y agresividad. Sin embargo, más tarde se descartó esta idea.

Los agentes tiroteados prestaban servicio en la Unidad Integral de Usera, uno de los distritos con mayor delincuencia de Madrid. La edad de la policía fallecida hizo protestar al Colectivo Profesional de Policía Municipal (CPPM). El reglamento de la Policía Municipal de Madrid especifica que a partir de los 55 años un agente debe desempeñar tareas burocráticas, por lo que Carmen no debía estar patrullando ya.

El Ayuntamiento se escudó en que ella había rechazado de plano estar en un despacho. Sin embargo, fuentes de la Policía Municipal explicaron que hay muchos otros puestos a los que enviar a un agente, menos expuestos que la patrulla por las calles. CPPM dijo que tienen una «total indignación con la Jefatura del Cuerpo» por permitir a una agente de esa edad continuar jugándose la vida en la calle.

La investigación ha pasado a manos de los agentes del Grupo V de Homicidios y del Juzgado de Instrucción número 31, que estaba, este último, de guardia, explicaron fuentes del caso.

Tanto Paz González, alcaldesa en funciones, como Alfonso del Álamo, director de Emergencias, acudieron ayer al suceso y lamentaron la muerte de la policía. Ana Botella canceló sus vacaciones.