Otro escandalazo
político-sanitario en Madrid, destapado por la Cadena Ser: el ex consejero de
Sanidad de Esperanza Aguirre, Manuel Lamela, forma parte del consejo de
administración de Assignia Infraestructuras, la empresa que gestiona todos los
servicios del hospital de Aranjuez, los cuales fueron privatizados por el
propio Lamela con una concesión de la Comunidad de Madrid de 270 millones de
euros. Este caso se suma al de otro ex consejero de Sanidad de Aguirre, Güelmes.
El nuevo escandalazo
político en Madrid lo ha destapado la Cadena Ser, que ha recordado este martes
que el propio Manuel Lamela inauguró el hospital que ahora gestiona la empresa
en la que trabaja. Pero, además, se da la circunstancia de que el hospital del
Tajo, todavía semi-público, es uno de los seis hospitales madrileños que la
Comunidad pretende privatizar completamente en los próximos meses.
En ese sentido, el pasado 5 de marzo, además de anunciar la próxima salida de los pliegos para privatizar la gestión de los hospitales, el actual consejero de Sanidad, Javier Fernandez-Lasquetty, aseguró que "en pocas semanas" se iniciaría la externalización de los servicios no sanitarios de los hospitales tradicionales. Según la Consejería, el proceso empezará por las cocinas.
El hospital del Tajo, con 120 camas y que presta servicio a un área de uno 80.000 pacientes, fue uno de los primeros de naturaleza semipública, construidos por la Comunidad de Madrid (médicos y camas públicas y el resto de servicios privados). Un símbolo del entonces nuevo modelo sanitario de Esperanza Aguirre.
Según ha recordado la Cadena Ser, la concesionaria fue un consorcio liderado por la constructora madrileña Hispánica en colaboración con Sando, Instalaciones Inabensa y Construcciones Sánchez Domínguez. El contrato, firmado por el entonces consejero Manuel Lamela, concedía a Hispánica y sus socios la construcción del edificio y el mantenimiento y gestión de todas las áreas no asistenciales (historias clínicas, celadores, seguridad, restauración, transporte, parking, etc...) a cambio de un canon anual de 9 millones de euros durante los próximos treinta años. Una suma total de 270 millones.
Con ese supercontrato, el hospital de Aranjuez comenzó a prestar servicio en 2008; pero en abril de 2010 Pablo García Pozuelo propietario de Constructora Hispánica, imputado por pago de comisiones en la trama Gürtel, se vio empujado a vender el 100% de su empresa para hacer frente a los pagos con Hacienda. El comprador fue el grupo Essentium que de este modo se hizo con el contrato de gestión del hospital del Tajo. Essentium cambió la denominación comercial de Hispánica por "Assignia Infraestructuras" que es quien desde entonces quien junto a sus socios gestiona el hospital madrileño del Tajo y factura por ello a la Comunidad de Madrid.
Y según revela la Cadena Ser, Essentium, especializada en obra civil, decide incorporar a un 'gestor sanitario' para su recién creada división hospitalaria. Y el 'elegido' fue... Manuel Lamela Fernández, justamente el mismo que había planificado la puesta en marcha de los hospitales público-privados en la comunidad siendo Consejero de Sanidad. El mismo -recalca la Ser- que inauguró el hospital del Tajo y el mismo que licitó y adjudicó el contrato de 270 millones de euros del que ahora se beneficiará la empresa para la que trabaja.
No obstante, y pese a lo escandaloso del asunto, no existe incompatibilidad legal -la ética y moral es otra cosa- para que Lamela ocupe este cargo: dejó la Consejería de Sanidad en 2007 -después de privatizar el hospital que ahora gestiona esta empresa- y el Gobierno madrileño en 2008. Cumple, por tanto, la ley de incompatibilidades.
En ese sentido, el pasado 5 de marzo, además de anunciar la próxima salida de los pliegos para privatizar la gestión de los hospitales, el actual consejero de Sanidad, Javier Fernandez-Lasquetty, aseguró que "en pocas semanas" se iniciaría la externalización de los servicios no sanitarios de los hospitales tradicionales. Según la Consejería, el proceso empezará por las cocinas.
El hospital del Tajo, con 120 camas y que presta servicio a un área de uno 80.000 pacientes, fue uno de los primeros de naturaleza semipública, construidos por la Comunidad de Madrid (médicos y camas públicas y el resto de servicios privados). Un símbolo del entonces nuevo modelo sanitario de Esperanza Aguirre.
Según ha recordado la Cadena Ser, la concesionaria fue un consorcio liderado por la constructora madrileña Hispánica en colaboración con Sando, Instalaciones Inabensa y Construcciones Sánchez Domínguez. El contrato, firmado por el entonces consejero Manuel Lamela, concedía a Hispánica y sus socios la construcción del edificio y el mantenimiento y gestión de todas las áreas no asistenciales (historias clínicas, celadores, seguridad, restauración, transporte, parking, etc...) a cambio de un canon anual de 9 millones de euros durante los próximos treinta años. Una suma total de 270 millones.
Con ese supercontrato, el hospital de Aranjuez comenzó a prestar servicio en 2008; pero en abril de 2010 Pablo García Pozuelo propietario de Constructora Hispánica, imputado por pago de comisiones en la trama Gürtel, se vio empujado a vender el 100% de su empresa para hacer frente a los pagos con Hacienda. El comprador fue el grupo Essentium que de este modo se hizo con el contrato de gestión del hospital del Tajo. Essentium cambió la denominación comercial de Hispánica por "Assignia Infraestructuras" que es quien desde entonces quien junto a sus socios gestiona el hospital madrileño del Tajo y factura por ello a la Comunidad de Madrid.
Y según revela la Cadena Ser, Essentium, especializada en obra civil, decide incorporar a un 'gestor sanitario' para su recién creada división hospitalaria. Y el 'elegido' fue... Manuel Lamela Fernández, justamente el mismo que había planificado la puesta en marcha de los hospitales público-privados en la comunidad siendo Consejero de Sanidad. El mismo -recalca la Ser- que inauguró el hospital del Tajo y el mismo que licitó y adjudicó el contrato de 270 millones de euros del que ahora se beneficiará la empresa para la que trabaja.
No obstante, y pese a lo escandaloso del asunto, no existe incompatibilidad legal -la ética y moral es otra cosa- para que Lamela ocupe este cargo: dejó la Consejería de Sanidad en 2007 -después de privatizar el hospital que ahora gestiona esta empresa- y el Gobierno madrileño en 2008. Cumple, por tanto, la ley de incompatibilidades.