jueves, 14 de agosto de 2014

Concentración en Solidaridad con Gaza

 
El pasado 7 de agosto, un grupo de militantes del MSR se concentraron en la madrileña plaza de Callao. Se trataba de una concentración silenciosa en protesta por los crímenes del gobierno israelí sobre la población civil de Gaza y Cisjordania, a la que se unieron espontáneos palestinos, sirios o iraquíes que pasaban por el lugar. El mensaje de la pancarta era claro: “Mientras Israel asesina, ¿tú callas?”.
 
Denunciamos un silencio que se prolonga en el tiempo desde 1948, conflicto recrudecido en 1967 y consentido por todas las naciones mal llamadas democráticas. Gobierno democrático, una simple etiqueta que nada tiene que ver con su significado y que concede la misma impunidad que la placa policial con la que macarras uniformados golpean y roban al ciudadano, o la cartera de ministro que permite desfalcar las arcas del Estado. Una etiqueta que ostentan Estados Unidos o Israel, que en nombre de la libertad y la democracia ejercen su “legítimo” derecho a la defensa propia bombardeando hospitales y colegios o arrasando países enteros. Una etiqueta que se concede por simpatías e intereses económicos, que tacha a Siria de dictatorial por defenderse de los fundamentalistas islámicos pero sonríe al capitalismo de Estado chino, disfrazado de comunismo, por los beneficios comerciales.
 
El doble rasero se ve cuando el derribo de un avión comercial en Ucrania (ataque que estamos de acuerdo debe ser castigado con la máxima dureza) desemboca en el bloqueo y castigo internacional a Rusia, a pesar de no haber comprobado su relación con dicho ataque, mientras que el asesinato indiscriminado de casi 2.000 palestinos no supone penalizaciones para Israel. Esto, acompañado de declaraciones como la de la diputada israelí Ayelet Shaked en las que abogaba por el asesinato de mujeres y niños palestinos por ser madres de terroristas unas y futuros terroristas los otros, es algo permitido e incluso bien visto por las naciones occidentales, por no mencionar los cantos de la población israelí en los que corean que "mañana no hay colegio en Gaza porque no quedan niños".
 
Si al salvajismo sionista se añade un beneficio económico, la ecuación se completa. La reconstrucción de las ciudades destruidas se financia por medios israelíes, lo que supone añadir un control más sobre el pueblo palestino, además de pingües beneficios para la banca.
 
Ante la impunidad del estado genocida de Israel y el silencio de sus lacayos, el Movimiento Social Republicano seguirá saliendo a la calle para ser el grito de protesta de los civiles palestinos masacrados por las bombas sionistas. ¡ISRAEL, RÉGIMEN GENOCIDA!