Sábado 13 de Septiembre de 2008
Número NP00010/08.
Cuatro detenidos, varios guardias civiles heridos, un senegalés muerto, una ambulancia apedreada, un barrio asustado. “Hechos aislados” para Rubalcaba, síntomas de una grave enfermedad para nosotros. Ya no hace falta ser un rancio derechista aprendiz de futurólogo para pronosticar tremendos males para España debido a la inmigración salvaje y descontrolada: ahora basta con ser un ciudadano normal y corriente y salir a la calle.
Lo sucedido en Roquetas pone de manifiesto una vez más que el modelo “multicultural” de convivencia o la “alianza de civilizaciones” del amigo ZP, son falacias que poco a poco caen por su propio peso. La muerte de un inmigrante subsahariano a manos de un gitano por motivos de drogas y los posteriores disturbios raciales nos recuerdan peligrosamente a los conflictos en Francia, país vecino en el que estos “episodios” no son precisamente “hechos aislados”. Pero tampoco hay que irse tan lejos para admirar los beneficios de la inmigración masiva: bandas latinoamericanas, tramas terroristas de musulmanes fundamentalistas, competencia desleal de los comerciantes chinos… cientos de problemas que atenazan nuestro propio país y que no siempre se reflejan en los mass media.
Los índices de delincuencia demuestran claramente que la inmigración ha producido un aumento de la inseguridad y los delitos en España, y eso es un hecho innegable. No podemos caer en la simpleza mental de identificar a todos los inmigrantes con delincuentes, pero estamos hartos ya del “papeles para todos” y del clásico “el hombre es bueno por naturaleza”. Señores “oenegeros”, nadie se traga ya su cuento. Señalando como siempre a los culpables máximos de esta situación ya descontrolada (el capitalismo y las partitocracias dirigidas por corruptos políticos) los Social Europeístas seguiremos denunciando la inmigración masiva, sin caer en lo fácil.
La disputa entre senegaleses y gitanos por un territorio –para vender droga- en Roquetas no es un hecho aislado ni un delito común. Si el asesino hubiese sido un “payo”, hoy se estaría hablando de racismo hasta en la sopa. No obstante, como el suceso estuvo protagonizado por africanos y gitanos, ningún portavoz de la dictadura chupi-progre parece dispuesto a sacar el término a relucir. ¿Otra vez tenemos que “tragarnos” que somos nosotros los malos de la película?
No, no lo somos. Los malos hay que buscarlos en las mafias que trafican con personas, entre los patrones que contratan a inmigrantes sin papeles, en la clase política corrupta que sólo busca beneficios económicos y nos vende una sociedad multirracial que sólo favorece a los poderosos.
Es hora de alzar nuestra voz:
INMIGRACIÓN: LOS CAPITALISTAS DICEN SÍ, EL PUEBLO DICE NO
¡Sigue la llama!
Fdo: Secretaría de Comunicación MSR