sábado, 26 de septiembre de 2009

Sobre los disturbios en Pozuelo

Han pasado unas semanas desde los graves disturbios de Pozuelo, en los cuales varios cientos de jóvenes ebrios, y suponemos que la mayoría algo más que eso, se enfrentaron a la policía causando graves destrozos en vehículos y mobiliario urbano. El motivo: ¿protestaban por la crisis? ¿Exigían una vivienda digna? ¿Estaban cabreados con la clase política? No. El grave motivo que provocó esto es se acababa el horario de la música, y a ellos les apetecía seguir de fiesta. Estos dignos productos de la ESO, hijos de papá adinerados, los cuales han recibido una mediocre educación, han tenido todos los caprichos que han querido y no han reconocido autoridad alguna, ni la de sus padres ni de sus profesores, únicamente conciben la vida como una fiesta, y por tanto es por este motivo el único por el cual vivirán, se cabrearán y “lucharán”. Sin duda estos jóvenes son el mayor ejemplo de las generaciones criadas bajo el espíritu materialista y nihilista de nuestra época, acostumbrados a no preocuparse por nada, a que se lo den todo hecho y a la pura diversión como meta. Muchos de los participantes en los incidentes lo reconocían: había sido la mejor noche del año. Pura violencia gratuita con el único fin de completar su búsqueda de felicidad basada en fiesta, alcohol, drogas y desenfreno.

Sin embargo, este problema no es algo aislado, sino que podemos ver continuamente episodios de violencia gratuita protagonizados por la juventud en celebraciones deportivas, manifestaciones (especialmente de la extrema izquierda y sus contramanifestaciones), por lo cual podemos ver que no es algo exclusivo de algunas zonas o clases sociales, sino que es un problema extendido a toda la juventud. Digno producto de horas de gran hermano, de videojuegos, de clases en las que el profesor no podía ni rechistarles gracias al gran espíritu de tolerancia implantado, de padres que se lo dan todo hecho a sus críos, de enseñarles que lo único que importa en esta vida es tener dinero y divertirse… Brillantes generaciones las que vienen para hacer frente a los futuros desafíos que nos esperan.

Urge un cambio radical de valores, pero visto lo visto, en una sociedad en la cual el espíritu tolerante e igualitario reina por doquier, con todo lo que ello conlleva, la única esperanza para tal cambio tendrá que venir marcada por una fuerte crisis o hecatombe, hechos estos hacia los cuales vamos indudablemente encaminados. Mientras tanto, nuestra juventud (salvo honradas excepciones), al igual que el resto de la sociedad, seguirá con su rápido declive, pero a ellos que les importará, mientras tengan alcohol, drogas, sexo y cuando les quiten algo poder enfadarse y romper lo que ellos no pagan, total, ya se ha visto el duro castigo de la justicia: 3 meses sin salir. Y, cuando vuelva a pasar, vendrán las lamentaciones y los interrogantes.

Secretaría de Comunicación del MSR -Madrid. Federación Centro.