viernes, 1 de junio de 2012

España, corralito, la peseta, economía… y usura


Nos dice el Premio Nobel en Economía, P. Krugman, que en junio Grecia será expulsada del euro y España e Italia sufrirán un corralito. Y se queda tan ancho el tipo. Este economista, que entiende de economía, es Premio Nobel en Economía por sus conocimientos en comercio internacional y matemática, no en macroeconomía, como apunta X. Sala i Martí, otro economista enfrentado a Krugman en este sentido. No comparto las ideas de sala i Martí, pero sí algunas de sus tesis y opiniones como esta, mirando al capitalismo desde fuera – con lo que me cuesta hacerlo, detestando este sistema como lo detesto. 

Krugman apunta a un corralito fruto del efecto-histeria causado por la hipotética expulsión del euro de Grecia, que llevaría a una retirada masiva de capitales en euros de los bancos en España e Italia y llevarlos a Alemania, hasta que los gobiernos, a los que los bancos habrán ordenado, cierren el paso a la retirada de capitales, hasta de los cajeros automáticos, tal y como sucedió en Argentina.

Pero ¿quién retiraría capitales y se los llevaría a Alemania? ¿Las grandes fortunas, las grandes empresas, los grandes ahorradores? Es decir, todos los que ya especulan, todos los que cometen fraude, todos los que ya tienen actualmente la mejor y mayor parte de sus capitales en paraísos fiscales. La histeria podría afectar a los ciudadanos de a pie, que no se llevarían el dinero a ningún otro país, pero sí debajo de la cama. Y eso supondría llegar a la ventanilla del banco y no poder retirar más de 900 o poco más de euros, como ya sucede. Pienso que sí, cabe la posibilidad de que suceda un corralito, aunque tal vez dependa más de lo que digan los telediarios y Belén Esteban… Pero el principal problema de España es el consumo interno, que no existe porque no podemos ni pagar la hipoteca o el alquiler, no nuestros ahorros, de por sí poco voluminosos o inexistentes.

Otro escenario es que España salga del euro. Muchos lo desean, muchos patriotas sinceros también. Pienso que el euro fue un gran paso hacia adelante, pero lamentablemente en manos de mercaderes, y sería ideal dentro de una Europa unida en lo político antes que en lo económico, que prime lo político y no el mercadeo – razón por la que hoy por hoy estamos así de unidos y así de bien, léase la ironía.
Si cualquier país sale del euro, en el paso de uno o dos años de tránsito a su moneda propia, volverá a recuperar la soberanía monetaria y cambiaría que le permitiría jugar con el precio de la moneda. España, concretamente, y como desean muchos economistas de alto standing, podría devaluar la peseta, hacer más atractiva la inversión extranjera –manejar tipos de interés del Banco de España, nuestro banco central- y por otro lado incrementar nuestros ingresos en base a un aumento de las exportaciones. Ahora vienen los problemas:

1. Si salimos del euro y volvemos a la peseta, el tránsito de una moneda a otra sería caótico: los precios, de la misma forma que se redondearon al alza cuando pasamos al euro, volverían a redondearse al alza al paso hacia la peseta, generando una inflación artificial no derivada de la actividad económica que implicaría un desajuste aún mayor del que tenemos entre precios y poder adquisitivo de los trabajadores españoles.

2. Que la peseta fuera devaluada, es decir, “más barata”, significa que nuestro dinero valdría menos, por lo que las importaciones que realiza España, desde combustibles hasta alimentos, pasando por automoción o tecnología, nos saldrían mucho más caras.

3. Confiar en las exportaciones que pueda hacer España es ridículo. La casta política en nuestro país se ha cargado el tejido productivo y de autoabastecimiento de nuestra nación: no ha protegido a la industria local generando deslocalizaciones; se ha basado en un modelo de crecimiento de especulación inmobiliaria y de turismo extranjero; hemos perdido capacidad productiva y nuestro sector primario, sobretodo en lo que a alimentación concierne, solo hace que generar pérdidas que se solventaban con las subvenciones del Fondo Social Europeo, ya cortadas. Resumiendo: que España no tiene nada que exportar, a parte de ineptitud política y pobreza económica.

4. Si a algún iluminado del Gobierno de turno en esta situación hipotética de tener la peseta de nuevo con nosotros, decidiera inyectar más capitales en pesetas a los bancos del país, nos encontraríamos que harían falta más pesetas para cubrir los agujeros bancarios, porque la peseta estaría devaluada y los agujeros calculados en euros, y encima generaría más inflación, porque trabajo no se estaría creando, ya que el dinero inyectado a la banca, como sus responsables mismos reconocen con recochineo, no es para otorgar crédito ni ayudas a los inversores, empresarios y trabajadores españoles, los únicos capaces de crear empleo.

De mientras sucede este debate, el Gobierno ya ha regalado a Bankia esos casi 10.000 millones que justamente son los 10.000 millones recortados en Educación y en Sanidad. No es el primer rescate ni el último, a este paso. Lo que no se comenta pero ocurre es que el Banco Central Europeo (BCE) ha inyectado no hace mucho un BILLÓN de euros al sistema financiero español e italiano, fundamentalmente. Lo que está haciendo “nuestra” banca es comprar Deuda Pública que el Estado emite, a un tipo de interés superior al que el BCE le ha prestado, por lo que hace negocio, pero no suelta ni un crédito a los que podemos generar trabajo y riqueza sin especular.

Este juego es pura especulación y usura. El BCE debería ser un Banco Central, pero no lo es: al no tener un ente político unificado y firme detrás, es solamente un lobby bancario de entidades financieras fuertes –muchas alemanas, incluido el Banco Central de Alemania. Lo único que hace es canalizar los intereses de los usureros de todos los países mediante el chupar la sangre a los Estados europeos, que sacrifican nuestros ingresos e impuestos para regalarlos al juego especulativo. Por no hablar de aquellos agentes financieros que solo participan para invertir, especular y ganar cuando los Estados se hunden viendo las primas de riesgo subir por las nubes.

La prima de riesgo depende de la Deuda Pública que adquiera o pretenda adquirir sobretodo el BCE. Si el BCE lo dominan los especuladores, que prefieren estrangular a los Estados, obligarán al BCE a no ayudar a los Estados, a seguir ahogándolo para que sea la banca privada la que compre esta deuda a un interés superior con el que saca tajada. Parece increíble, pero la gran banca está manejando el asunto a su antojo, y es ella la que produce y reproduce esta crisis para seguir alimentando su negocio propio. Pura usura, insisto.

Esto, todo esto, necesitaría otro artículo largo y pesado, pero que en realidad debería de ser una declaración programática para aplicar desde el poder político. Simplemente: nacionalización completa de la banca, poder político comunitario europeo y estatal por encima del poder económico, quebrantamiento del juego del interés especulativo e inversión pública. Sí, inversión pública, no recortes. Creación de trabajo desde el Estado en múltiples frentes –infraestructuras, defensa, investigación y desarrollo, sanidad, tecnología puntera, y más- que genere consumo, movimiento de la economía y generación de ingresos para las arcas públicas. Ni es fácil, ni simple como lo escribo, ni deseable para ningún lobby capitalista. Pero es lo justo, lo necesario y lo socialmente deseable para el renacimiento de nuestros países europeos, para parir una Europa política y económicamente fuerte que plante cara a toda agresión externa, incluida la financiera.

Jordi de la Fuente Miró
Responsable de la Secretaría Nacional de Acción Política del MSR
Representante de la AEMN en España