Las columnas de trabajadores y usuarios
de la sanidad madrileña que conforman la marea blanca de protesta contra
el Gobierno regional se han unido a la altura de la Plaza de Cibeles
para dirigirse en un gran bloque hacia la Puerta del Sol para defender
el carácter público de la sanidad. Provocando cortes de tráfico en el
centro de la capital.
Bajo el grito de consignas en defensa de
la Sanidad, los manifestantes portan bocinas y pancartas en las que se
puede leer por ejemplo: “Sanidad y Educación pública: suspensión del
pago de la deuda”.
Una jefa clínica de Neomulogía del
Hospital de Getafe ha denunciado que “Los principales afectados de los
recortes son siempre los usuarios”.
Por otro lado, una veintena de encierros
se están llevando a cabo en una veintena de centros hospitalarios en
protesta por las nuevas medidas sanitarias que pretende impulsar el
Gobierno regional en los Presupuestos para 2013.
El primer encierro de trabajadores de
centros hospitalarios se produjo el 2 de noviembre en el Hospital de la
Princesa en contra del proceso de especialización en dolencias para
personas mayores planeado por la Consejería de Sanidad, y que se
convirtió en símbolo y detonante de otras actuaciones.
Tras el de la Princesa, se han producido
encierros similares en los hospitales Infanta Leonor, Infanta Sofía,
Infanta Cristina, el Hospital del Henares, el del Sureste y el del Tajo,
que precisamente son los seis centros que verán como su gestión
sanitaria será externalizada.
El hospital infantil Niño Jesús, el de
Puerta de Hierro, el Ramón y Cajal, el Príncipe de Asturias, el 12 de
Octubre, el Severo Ocha Leganés, el Hospital de Getafe, Instituto de
Cardiología y Santa Cristina y Gregorio Marañón; a los que se unieron
recientemente los centros de La Paz, el Hospital de Móstoles y el
Clínico San Carlos.
En los últimos días, hemos tenido
constancia de una madre, víctima de la violencia de género, con un hijo
de 8 años con trastorno por déficit de atención con hiperactividad al que no puede llevar a terapia por no tener recursos, y que además ha sufrido ya dos avisos del banco hipotecario.
¿Hacia dónde nos quieren llevar?