El régimen surgido de la llamada “Transición”, no está en crisis, está muerto. En efecto:
a)
La Monarquía ha demostrado que su función es “pintoresca”, de adorno,
irrelevante e inútil. Involucrada en corrupción, alejada de la realidad
de nuestro Pueblo e institucionalmente “fenecida”.
b)
El llamado “estado de las autonomías” ha demostrado ser, no ya un
fracaso, sino una irresponsabilidad histórica, convirtiéndose, en
realidad, en 17 mini estados donde los intereses particulares,
corruptos y de partido prevalecen a los intereses comunes y unitarios de
la Comunidad Nacional y en consecuencia del Pueblo Español.
c)
Los actuales partidos políticos han demostrado, una vez más, que no son
medios válidos para la vertebración del Estado. La corrupción esta
enquistada en todos los partidos que en mayor o menor medida tienen
acceso a cotas de Poder. Los partidos políticos sólo defienden intereses
de partido, creando leyes y organismos para su financiación y
supervivencia.
La monarquía, el
estado de las autonomías y los partidos políticos, representantes
máximos del régimen monárquico-partitocrático, son los grandes cánceres
que afectan a nuestro Pueblo, y como tales cánceres tienen que ser
extirpados de nuestro cuerpo nacional.
El régimen
monárquico-partitocrático es el culpable de la actual situación
económica que sufrimos los españoles, que padece nuestra Nación; es el
culpable del hundimiento de nuestra economía, de nuestra industria, de
nuestra agricultura, de nuestra pesca, de nuestra capacidad en I+D… ha
vendido toda nuestra riqueza a la Banca y ha hipotecado nuestro futuro a
los mercados económicos europeos, todos ellos centros económicos de
carácter privado y con intereses totalmente opuestos a los de cualquier
pueblo que desee ser libre y soberano.
El régimen
monárquico-partitocrático ha inoculado, desde décadas, a los hombres y
mujeres de nuestro Pueblo, a través de los medios de comunicación y
programas educativos de las instituciones de la enseñanza (ESO, IES,
Universidades), somníferos de la “felicidad” con el objetivo de
“mansearles” y “controlarles”. Por suerte, su efecto, empieza hoy a
fallar, despertando a cada vez más conciencias contra esta realidad.
El Movimiento
Social Republicano exige el fin del régimen monárquico-partitocrático;
la abolición de la monarquía española; penas severas de cárcel para los
gestores de la crisis política, social y económica, desde el monarca
hasta el último corrupto; la disolución del estado de las autonomías; la
apertura de un proceso constituyente, auténticamente democrático, de
Salvación Nacional.
Acabemos con el régimen monárquico-partitocrático, avancemos hacia la Republica Social Española.
Comité Ejecutivo del Movimiento Social Republicano
2 de febrero, 2013