El viernes día 1 de febrero tuvo lugar en la sede social del MSR Madrid
una conferencia que trató un tema espinoso y de viva actualidad en la
política territorial española; las lenguas y cómo son tratadas por los
partidos políticos que ostentan los cargos de poder en las instituciones
españolas. En este país los partidos políticos y sus organizaciones
paralelas han tomado “al asalto” todo el patrimonio cultural que existe;
así aplican la norma del beneficio, desechando la cultura que no les
vale para sus fines absolutamente privativos. Es decir, los partidos
políticos en el poder emplean la cultura presente en cada parte de
España para sus propios fines electoralistas y económicos. Lo que no
supone un beneficio para ellos es atacado hasta hacerlo desaparecer.
El idioma se nos presenta como la punta de lanza de esa utilización
partidista de la cultura, viendo como todos los partidos en las
instituciones políticas lo emplean como arma partidista para atacarse
entre sí (carece de importancia en nombre de quien se batan, puesto que
la finalidad siempre es su propio interés de partido, nunca existe algún
interés social). Sin embargo, con todo esto que tenemos a desgracia en
España; nuestro más cercano vecino -Portugal- posee también un segundo
idioma en su territorio.
Tal idioma es el mirandés (se extiende por el noreste de Portugal), que
se ve actualmente reconocido y protegido por las instituciones
portuguesas, e igualmente potenciado en su conservación y difusión por
las instituciones mirandesas y su población. Existiendo en el vecino
Portugal el ejemplo contrario de lo que encontramos en toda ocasión en
España. Ni hay utilización partidista de la cultura, ni hay exclusión
social ni escolar, que promueve una sociedad libre de organizaciones
carroñeras que hunden sus garras en la sociedad para vivir
parasitándola.
Tenemos así un inmenso ejemplo de cómo la cultura es de la sociedad y no
de partidos políticos u otras organizaciones privadas. De cómo la
cultura es de su pueblo, y cómo ese pueblo se preocupa por el hoy, y no
por el ayer. Por conservar, enseñar y engrandecer el patrimonio que les
ha sido legado; siempre mirando al mañana y nunca atorándose en disputas
estériles sobre el pasado (disputas amargamente repetidas en España).
Finalmente se terminó esta conferencia con una reflexión sobre la
cultura: No aparece de la nada. No se forja sin nadie. Todos los campos
de la cultura necesitan esfuerzo y constancia, la voluntad abnegada de
aspirar por el avance constante… por la profundización en el
conocimiento. Como ejemplo bien visible, ni los cuadros de Velázquez se
pintaban solos, ni las obras de Cervantes se escribían solas, ni los
edificios de Gaudí se diseñaban solos. Esos tres ejemplos personales
requirieron toda una vida de esfuerzo en sus respectivos campos para
lograr la creación más sublime, por alcanzar siempre un nivel superior
en cada obra realizada. Y un pueblo sólo es capaz de pervivir en la
medida que tenga en su haber social, un intrínseco aprecio por la
cultura y el conocimiento. Nunca puede existir por mucho tiempo un país
gobernado por individuos que desprecian a los miembros más estudiosos e
investigadores de esa sociedad.
Tras la conferencia, tuvo lugar el turno de preguntas de los asistentes,
que preguntaron al conferenciante acerca de las posibilidades reales en
subvertir la situación de desgracia cultural en España. A lo cual
respondió que sólo puede venir el cambio de los individuos que vean la
cultura como un legado recibido y una herencia que engrandecer, y no
como un negocio del que aprovecharse para los negocios económicos o
electorales.