Tras el último escándalo en Bankia se destapa
una de las últimas tramas más escandalosas de nuestro país, dónde nuestros
políticos defraudan más de siete millones de euros.
Esta noticia no sería nada escandalosa si
hubiera sido solo la derecha "ricachona y caciquil" de siempre, tras
haber sido investigado en los juzgados la financiación ilegal del PP, gracias
al procesamiento de su ex tesorero.
Como la incompetencia e ineptitud del
presidente de Bankia, el miembro popular Rodrigo Rato (ex presidente del FMI),
para resolver la estafa a miles de ancianos que habían depositado los ahorros
de toda una vida en el banco.
Tampoco es nada nuevo que Bankia, como el
resto de las cajas autonómicas, estén "mangoneadas" por políticos sin
escrúpulos, de lo que en un día hubiera de haber sido una banca pública, que
hiciera frente a la especuladora y usurera banca privada. Siendo lo más escandaloso de todo que hubiera
29 consejeros de toda la izquierda institucional (PSOE, IU, CC.OO. y UGT) y no
de simples militantes de base, sino de altos cargos dentro del partido y del
sindicato, lo que deja ver algo demasiado evidente y muy perceptible para
muchos ciudadanos.
Que la izquierda es tan corrupta y demagógica
que la derecha, cuando habla de honradez y principios. Pero que en este caso
tiene más relevancia al ser estos los que constantemente nos reprochan el ser
unos "títeres y perros" del capital por enfrentarnos al sistema, que
ellos dicen detestar cuando precisamente viven bastantes cómodos con él, por lo
que está claro que por mucha retórica "antisistema" disidente que
usen, son los principales interesados en que "nada cambie" para
seguir manteniendo sus privilegios.
La prueba no es sólo los grandes recursos y
subvenciones que cuentan anualmente, sino sus sedes, propaganda y medios de
propaganda afines, que les permiten mantener una "falsa" imagen de
organización de los trabajadores, cuando si realmente les hubiera interesado el
cambiar las cosas. No sólo hubieran convertido las cajas de
ahorro en una banca social, con un crédito a un interés menor al que la
privada, sino que también al gobernar podrían haber perseguido la usura y
especulación de los mercados, mediante un control estricto de la bolsa y de los
oligopolios.
Siendo ya hora que los pueblos empiecen a
despertar y dejar de confiar en una izquierda tan corrupta y prevaricadora como
la derecha.
Que la clase trabajadora española empiece a
confiar en su comunidad y pueblo por resolver su futuro y deje de esperar a que
sean los políticos quienes nos resuelvan el destino.
Que los valores de la izquierda son tan
decadentes e hipócritas como los valores de la derecha liberal y reaccionaria,
no teniendo nada positivo que aportar a la sociedad española.
Que por tanto la izquierda es realmente quien
divide a la clase trabajadora entre partidos y sindicatos a la hora de movilizarse y
conseguir unos objetivos políticos comunes, que tan sólo persiguen unos fines
partidistas y sectarios para conquistar poder.
Recordemos el barrio del Gamonal
en el 2014, cuya alcaldía era del PP. Por lo que sólo se moviliza y actúa
cuando está en la oposición y nunca cuando gobierna. La extrema izquierda y viceversa no duda en
apoyar y prestarse todo el apoyo en concentraciones,
movilizaciones y acciones conjuntas con la izquierda institucional aburguesada
y corrupta, pero en cambio le repugna compartir una manifestación con obreros y
trabajadores nacionalistas o que portan banderas y símbolos patriotas.
Por lo tanto la izquierda es tan responsable
de la actual crisis mundial que la derecha, habiendo utilizado las mismas
políticas económicas, como los mismos recortes presupuestarios y laborales.
Que si el nacionalismo español estuviera
financiado y creado para proteger el sistema y el capital, este no sólo no emplearía
su represión policial, judicial y periodística arbitrariamente contra ellos, a
diferencia que con el antifascismo, que nunca es molestado con el mismo celo.
Por lo tanto si de verdad deseamos que el
sistema cambie de verdad y surja un nuevo orden social, es necesario que tanto
la izquierda, como la derecha desaparezcan y de un lugar a una sociedad formada
por hombres libres.